El dólar blue alcanza los $1.210 y el oficial se sitúa en $1.205 en un contexto de incertidumbre económica
En un escenario de volatilidad financiera, el dólar blue ha experimentado un incremento, alcanzando los $1.210 para la venta, mientras que el dólar oficial se ha situado en $1.205. Estos movimientos se dan en un contexto donde el mercado está a la espera de la primera revisión del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y ante la incertidumbre electoral que podría impactar en el tipo de cambio oficial.
La economía argentina se enfrenta a desafíos significativos, con un déficit de la balanza comercial de servicios que ha alcanzado un récord histórico de u$s4.502 millones en el primer trimestre de 2025. Este deterioro se atribuye principalmente al turismo en el exterior. A pesar de que la mayoría de las metas económicas del país están cumplidas, la acumulación de reservas sigue siendo una asignatura pendiente, lo que podría llevar al Gobierno a solicitar un waiver al FMI, una medida que se prevé que sea aprobada.
En el ámbito agropecuario, se espera que las alícuotas para la soja y sus derivados aumenten en julio, lo que podría desacelerar la liquidación de divisas. A pesar de la necesidad de dólares por parte del Gobierno, el margen fiscal es limitado. La finalización de la baja de retenciones al agro y la suba de importaciones, sumadas al contexto electoral, podrían ejercer presión sobre la divisa, aunque los expertos descartan la posibilidad de una "crisis cambiaria".
En el ámbito internacional, la Unión Europea está próxima a anunciar nuevas reglas para las criptomonedas estables, a pesar de las objeciones planteadas desde el Banco Central. Mientras tanto, el fabricante de chips de inteligencia artificial se ha convertido en la empresa más grande del mundo, superando a gigantes como Microsoft y Apple. En el sector financiero, el banco de inversión ha señalado que el reciente ascenso de los papeles se debe más a la presión de los vendedores en corto que a fundamentos positivos de las empresas. La desaparición de los títulos atados al valor del dólar ha llevado a las corporaciones a competir con bonos en moneda extranjera, lo que exige calificaciones crediticias más altas.