El papa Francisco: un legado de humildad y cercanía que perdura
Ciudad del Vaticano – La figura del papa Francisco, cuyo pontificado se caracterizó por un enfoque pastoral basado en la sencillez y la cercanía, continúa dejando una huella indeleble en la Iglesia Católica. Desde su elección en 2013, el Papa argentino adoptó una serie de decisiones que reflejaban su compromiso con una Iglesia humilde y al servicio de los demás.
El papa Francisco, conocido por su estilo de vida austero, renunció a las comodidades del Palacio Apostólico y prefirió vivir en la Casa Santa Marta, donde mantuvo una vida cotidiana de oración y trabajo, recibiendo a una amplia gama de visitantes. Este gesto simbólico marcó su pontificado, al igual que su decisión de ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor, en lugar de las tradicionales grutas vaticanas, subrayando una vez más su preferencia por la humildad y la sencillez.
La Basílica de San Pedro fue testigo de los momentos litúrgicos más significativos para Francisco, quien convirtió las ceremonias solemnes en espacios de cercanía con la comunidad, destacando la importancia de la accesibilidad. Su misa exequial, celebrada en este majestuoso templo, reunió a miles de fieles y líderes internacionales, sellando su legado como un pontífice que transformó la historia reciente de la Iglesia.
La Capilla Sixtina fue el escenario de su primera misa como Papa, donde pronunció una homilía que convocaba a la acción y al servicio, marcando el inicio de un pontificado caracterizado por la claridad de sus gestos y la firmeza de sus convicciones. La Catedral de San Sebastián en Río de Janeiro también fue testigo de su compromiso con los jóvenes, a quienes instó a “hacer lío” y a involucrarse activamente en los problemas sociales.